
EL RUIDO Y LA FURIA
Virasoro Bar
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HAMLET (Laurence Olivier, 1948, 153 min)
El padre de Hamlet, rey de Dinamarca, ha sido asesinado secretamente por su tío Claudius, que ha asumido el trono. Pero Hamlet sabe del asesinato porque el fantasma de su padre se le ha aparecido y se lo ha confesado. Hamlet, clamando venganza, encuentra a una banda de actores errantes y los contrata para interpretar una obra en la corte real, mostrando a un rey siendo asesinado por su hermano, en circunstancias idénticas a las Claudius asesinó al padre de Hamlet... esperando así poder confirmar la culpa de Claudius viendo su reacción.
OTELO (Orson Welles, 1952, 91 min)
En Venecia, un general victorioso, el moro Otelo rapta a Desdémona, la hija de un Senador. Yago, uno de sus lugartenientes, poco a poco, creará dudas en el espíritu de Otelo. Se desencadenará la tragedia. De un admirable lirismo desde las primeras imágenes (la procesión fúnebre), la película fue rodada con interrupciones desde 1949 a 1952 por problemas presupuestarios. Fue filmada en la ciudadela de Mogador, en Venecia y en los extraordinarios decorados de Alexandre Trauner. Sin duda, una de las más fascinantes recreaciones cinematográficas de una obra de Shakespeare.
MACBETH (Roman Polanski, 1971, 140 min)
Macbeth (Jon Finch), valeroso general escocés, recibe la visita de tres brujas que le profetizan que un día será rey. Aprovechando que el rey Duncan (Nicholas Selby) se aloja en su residencia, y espoleado por su esposa (Francesca Annis), Macbeth asesina a Duncan y es proclamado rey de Escocia. Para mantenerse en el trono, Macbeth se ve obligado a cometer cada vez más crímenes, mientras que su esposa se viene abajo, víctima de los remordimientos.
REY LEAR (Peter Brook, 1971, 137 min)
El anciano Rey Lear decide repartir su reino entre sus hijas. Confundido por la falsa adulación de las dos mayores, Gonerila y Regania, a pesar del auténtico amor filial y la sinceridad de la pequeña Cordelia, con deslealtad, deshereda a ésta y reparte sus tierras entre aquellas. Cordelia parte para casarse con el Rey de Francia. Mientras tanto el Conde de Kent, que ha intentado hacer entrar en razón al Rey, es desterrado. Al poco tiempo Lear comprende que sus hijas sólo ambicionaban su reino y se ve abandonado por ambas.